Como lo escogí, Mis impresiones, Mi opinión….
Mis primeras entradas serán sobre literatura, se las dedicaré a la última novela que leí, y que tuvo muchas características que la hicieron única.
Este fue el primer libro (que no sea cualquiera de los 7 Harry Potter) que leo por iniciativa propia y no porque me lo mandaron a leer en la Facultad o en el Colegio, como muchos anteriores. También esta novela me generó la adicción ir a leer en el parque Las Heras, en Buenos Aires (Sitio muy recomendado para tener una tarde agradable)
La apuesta para iniciar mi aventura con la literatura no infantojuvenil fue un poco arriesgada teniendo en cuenta que era un libro de 875 páginas, donde no me gustara probablemente no volvería a leer nada en mi vida. Afortunadamente me fue de maravilla y antes de llegar a la mitad ya me quería leer la segunda y tercera parte de esta saga.
Elegí “Los tres mosqueteros” porque sabía que su historia era famosa, y yo siempre había querido saber de qué se trataba, aparte siento gran atracción por películas y novelas de caballeros, reyes y guerras que se desarrollaron en Europa o de tipo medievales. El misterio de esa época siempre me llamó la atención.
Ahora, cabe aclarar que este por ser un cuento de gentileshombres no es ni inocente, ni tonto, ni aburrido. En la trama te puedes encontrar con mentiras, sexo, traiciones, intereses y deseos de riqueza tanto de los protagonistas como de los enemigos. Si lo leen creyendo que es la típica novela donde el bueno es un santo y el malo es perverso, se pueden llevar una sorpresa. Aquí todos los personajes tienen sus objetivos y van a luchar hasta la muerte por alcanzarlos, no solo es “todos para uno y uno para todos”; también se aplica “El fin justifica los medios”.
Por suerte yo no le pifie a la elección, la historia te atrapa de una, al principio te imaginas que es solo una aventura larga e interesante, pero con el pasar de las paginas te vas dando cuenta que son muchas intrigas juntadas por un hilo que roza la perfección. Cuando termina una y por fin llega la tranquilidad se suma la otra y empieza todo de nuevo. En esta historia aprendes que nunca hay felicidad completa y que eso de “y vivieron felices para siempre” no es tan así.

 
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